DIY Tutorial Tazas Personalizadas

¡Hola! Hoy os traigo un tutorial sencillo, pero efectivo y molón para regalar o para uno mismo.

Estos últimos tiempos estoy un poco obsesionada con que los regalos que sean útiles. Estoy harta de cosas monas que acaban en un cajón… Buscando inspiración para estas navidades me encontré esta idea y me encantó. Es una forma de regalar algo que has hecho tú, totalmente personalizable y, lo que lo acaba de rematar, útil (¡toma!). Además, es fácil de hacer hasta si no eres muy dado a las manualidades.

¡Pero! Todo en esta vida tiene un pero… qué le vamos a hacer… Aunque parezca sencillo, la web está llena de desastres (pinstrosities) respecto a las tazas personalizadas… ¡¡¡Así que cuidado!!! Estos son los pasos que he seguido y me han ido bien.

tazas

Materiales:

  • Taza: la taza no tiene que ser de calidad (lo siento…). La cerámica buena no absorbe bien la tinta, la cerámica mala sí.
  • Rotulador permanente: yo uso la marca Sharpie, no he probado con otra marca. Lo compré en El Corte Inglés.
  • Alcohol.
  • Algodón.
  • Lápiz.
  • Bastoncillos.
  • Guantes de látex o similar (opcional).

 

Pasos:

1. Limpiar la taza por fuera con el algodón y el alcohol. La idea es quitar la grasa de los dedos, para que no interfiera con la tinta. Dejar secar sin tocarla con los dedos.

2. Dibujar el diseño en la taza con lápiz. Es difícil dibujar sobre una superficie curvada como para hacerlo directamente con el rotulador. Si no te sientes muy seguro de hacer un dibujo a mano alzada, puedes imprimir un diseño, recortarlo y hacer un molde para el dibujo. IMPORTANTE: No tocar con los dedos la parte del dibujo, si no puedes remediarlo usa guantes de látex o similar.

3. Una vez el diseño te gusta, repasa el dibujo con el rotulador permanente. No te preocupes si te sales de la línea o se apodera de ti la vena artística y rayas más de lo que querías. Borra lo que no te guste con un bastoncillo con alcohol (Recuerda: la guerra contra la grasilla de los dedos aún no ha terminado, no caigas en la tentación de tocar).

4. Una vez el diseño está terminado, metes la taza en el horno. Con la taza en el horno, lo enciendes a 230º C y la dejas 40 minutos. Apagas el horno y no sacas la taza hasta que no se haya enfriado, para evitar que se rompa.

Y tachán! Lista 🙂 Fácil, ¿verdad?

Contadme cómo os quedan si lo probáis.